Y ya nos abandonó el verano; éste, el que más dolor me rompe el alma.
Y te echo de menos, una vez más, en la distancia del hábito, del corazón, de las emociones.
Nos abandonó el verano, también el otro, el antiguo; donde, más que el sol, la palabra despertó nuestros más ardientes deseos y proyectos, dudas y decisiones.
Y la piel no es más que un recuerdo.
Te echo de menos, una vez más, en tu acento, en tu tacto, en tu aliento.
Nos abandonó el verano; en el que sello los labios, por no hablarte; en el que junto mis manos, por no tocarte; en el que me ciego, por no olvidarte.
A la sombra de tu ausencia.
Te echo de menos, una vez más, lejos, pausadamente constante.
Nos abandonó el verano, y el corazón se encoje, tiembla, se estremece con el ritmo de un latido alejado.
Mijn liefste Maya, mi preciosa Maya,
ik hou van jou;... no, no, sólo te echo de menos, mucho de menos.
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