Querida Maya
No hay más que decir; no hay nada más que aguantar.
Toda una vida, día a día, con una sola esperanza, con un solo deseo.
Todos los días de mi vida, cada minuto, cada segundo;
siempre en mi memoria, siempre en mi deseo.
No voy a decir nada más.
Te he querido toda mi vida;
te he añorado en cada instante;
te echo mucho de menos, Maya;
hoy, ahora...
una palabra tuya.
Ik hou van jou
desde el instante que te conocí.